When the Bologna Children's Book Fair ended this year there were two thoughts on my mind:
- This gets better every time.
- I'm exhausted.
It's seriously an intense but rewarding experience. I love seeing all the different kinds of books that can be made, and I love talking with the people that make them!
This time I was much better prepared (you can read about it here) than previous years. I had many appointments scheduled, so most of my time was spent in meetings or rushing in between them. It was great, but it also meant less play time than I'm used to... less time looking at books, less time chatting with interesting illustrators, less time looking at the amazing exhibitions.
Anyhow, I'm happy that I made all those appointments in advance because the publishers I met were interested in meeting me. That makes all the difference! I didn't have to hear any rude comments (it has happened before) or bother people that don't have time to look at my portfolio. It took a lot of the pressure off, and also, who doesn't like getting positive feedback? Since the publishers had already seen my work, there were no unpleasant surprises.
All in all, I had a great time! Thanks to the publishers and editors that carved out a little time to talk to me, to the lovely receptionists that gave me the art director's email address or let me peek into an unpublished book, and thanks to the nice people that I chatted with.
(If you were looking for a post with tips, you probably were looking for this: Tips for the Bologna Children's Book Fair)
Cuando la Feria del Libro Infantil de Bolonia acabó este año pensé en dos cosas:
- Cada año que repito me gusta más que el anterior.
- ¡Estoy agotada!
Ahora en serio, es una experiencia intensa, pero merece la pena. Me encanta ver cuantos libros distintos se publican, y me encanta hablar con las personas que los hacen.
Esta vez estaba mucho más preparada que en años anteriores (podéis leer sobre esto aquí). Tenía bastantes citas concertadas con editores, así que pasé la mayor parte del tiempo en reuniones, o corriendo de un lado para otro para llegar a la siguiente cita. Por un lado eso está muy bien, pero por otro... pasé menos tiempo de lo que me hubiese gustado hojeando libros, hablando con ilustradores interesantes o mirando exposiciones.
Aun así, estoy contenta de haber planeado todas esas citas porque los editores que conocí, estaban interesados en conocerme. ¡Y que diferencia! No tuve que escuchar comentarios desagradables (a veces pasa), o molestar a gente que no tiene tiempo para ver mi portfolio. ¿Además, a quien no le gusta recibir buenas críticas? Como los editores ya habían visto mi trabajo, no tuve que preocuparme de que no les gustase.
En resumidas cuentas, ¡estoy encantada de haber ido a la feria! Muchas gracias a los editores que se reunieron conmigo, a los recepcionistas que me chivaron la dirección del director de arte o me dejaron ver los libros aún sin publicar, y a la gente maravillosa con la que tuve ocasión de charlar.
(Si estabas buscando un post de consejos y ayuda, probablemente lo que querías leer era esto: Consejos para la Feria del Libro Infantil de Bolonia)