In my quest to be a responsible adult with an *okay* work/life balance, I do NOT work on weekends. (Yes, I am that lazy, and I love it).
It's true that every once in a while I freak out about an upcoming deadline and I break this rule, but I don't do it often. This means I do NOT illustrate on weekends, but I DO lots of life drawings and paintings instead. It may sound counterintuitive, but let me explain.
En mi misión por convertirme en un adulto responsable con un balance *aceptable* entre mi vida laboral y personal, NO trabajo los fines de semana. (Sí, soy así de vaga, y me encanta).
Es cierto que de vez en cuando me agobio por alguna fecha de entrega y rompo esta regla, pero no lo hago a menudo. Esto significa que NO ilustro en los fines de semana, pero SÍ hago dibujos y pinturas del natural. Esto puede sonar contradictorio, pero déjame explicarlo.
I got into illustration because I've always loved drawing, and somehow I thought both things were the same. But at some point during art school a shift occurred in my brain: drawing and painting were one thing, and illustration was something else.
Illustrating became the way to solve a creative problem, while drawing and painting became ways to take in and record the world around me. I love both things, but they fulfill me in different ways.
Here is something funny: when I show the life drawings that I make, people seem to be impressed. They think that they are harder to do than my illustrations, when the truth is that it feels a lot easier. Once you learn some drawing and painting skills, the only thing you have to do is go through the motions... It's so relaxing!
Of course, this is just a personal reflection. You might have a different experience related to drawing and illustrating, and if so, I'd love it if you shared it with me. Oh, and if you want to read more about this topic, the illustrator Jillian Tamaki wrote about it on her blog.
Yo me metí en el mundo de la ilustración porque siempre me ha gustado dibujar, y pensé que las dos cosas eran lo mismo. Pero en algún momento, estando en la escuela de arte, se produjo una división en mi cerebro: pintar y dibujar eran una cosa, e ilustrar era algo distinto.
Ilustrar se convirtió en una forma de resolver un problema creativo, mientras que dibujar y pintar se convirtieron en formas de analizar y registrar el mundo a mi alrededor. Adoro hacer ambas cosas, pero me llenan de maneras diferentes.
Pasa una cosa curiosa: a mucha gente le impresionan mis dibujos del natural porque piensan que son mucho más difíciles de hacer que mis ilustraciones, pero la verdad es que para mi son mucho más fáciles. Una vez aprendes a pintar y dibujar, lo único que tienes que hacer es ir siguiendo los pasos... ¡es tan relajante!
Por supuesto, esto es solo una reflexión personal. Puede que tu experiencia con la ilustración y el dibujo sea diferente. En ese caso, me encantaría que la compartieses conmigo. Oh, y si quieres leer más acerca de este tema, la ilustradora Jillian Tamaki escribió sobre ello en su blog.