My husband says I thrive on chaos, and he's not totally wrong (according to him, he's totally right). Being busy does suit me quite well. But lately the chaos in my life has been of a different sort, both personally and professionally.
A publisher going out on maternity leave just as we start working on a book; a company being acquired in the middle of licensing some of my designs... these kinds of things are completely normal. It's okay, it happens. But when these things pile up, they can throw your life (my life) out of whack.
For a couple of weeks I didn't create much. I couldn't. I was in a creative funk. But I'm getting out it. Here is how: I scheduled a couple of trips (so I have something to look forward to), I enlisted the help of a friend (for accountability), and I'm rediscovering play.
My friend Cristina and I have started a side project that we call the Tiny Colors Project. We are focusing on process over outcome. And we are always reminding each other not to judge harshly what comes out of it. The important thing is that we are getting it done.
I feel like I'm back in school. Back then I wasn't concerned about style and performance. I enjoyed having a chance to create, to learn, and to find myself. Now, I'm trying to lose myself. I'm playing, experimenting, and trying out new ideas. I'm having fun.
The portrait above is one example: I had no idea where I was going with it, I enjoyed making it, and I like it even thought it doesn't quite look like my work. It might not fit into my portfolio, but it has helped me move on.
P.S.: Thanks to Nancy Alpert for the edits! She's a great writer with a great heart.
Mi marido dice que prospero en el caos, y no está del todo equivocado (según él: tiene toda la razón). Estar ocupada me sienta muy bien. Pero últimamente el caos en mi vida ha sido de otro tipo, tanto profesional como personal.
Una editora que se va de baja de maternidad justo cuando empezamos a trabajar en un libro, una empresa que es comprada por otra mientras trabajan con algunos de mis diseños... Este tipo de cosas son normales. Cosas que pasan. Pero cuando se amontonan todas juntas, tu vida (mi vida) se complica.
Durante un par de semanas no dibujé mucho. No podía. Tenía un bloqueo creativo. Pero estoy saliendo de él. ¿Cómo? Así: he planeado un par de viajes (para mirar hacia delante con ilusión), he pedido ayuda a una amiga (para mantenerme responsable), y estoy re-descubriendo el juego.
Mi amiga Cristina y hemos empezado un proyecto que llamamos Tiny Colors Project. Nos centramos en el proceso en lugar de en el resultado. Y nos recordamos mutuamente que no hay que criticar duramente las obras que creamos. Lo importante es que lo estamos haciendo.
Parece que estoy de vuelta en la escuela... Por aquel entonces no me preocupaba el estilo o el rendimiento. Disfrutaba de la oportunidad de crear, aprender y de encontrarme. Ahora, estoy tratando de perderme. Estoy jugando, experimentando, y probando nuevas ideas. Me estoy divirtiendo.
Este retrato es un ejemplo: no tenía ni idea de lo que iba a salir cuando empecé, me lo pasé bien haciéndolo, y me gusta a pesar de que no parece exactamente mi estilo. Puede que no la incluya en mi portfolio, pero me ha ayudado a pasar de página.